OBRAS EN EXPOSICIÓN
El proyecto de Laía Argüelles Folch para el MARCO reúne un conjunto de obras realizadas en los últimos diez años, desde propuestas abiertas o en proceso, hasta la actualidad. Libros de artista, series, proyectos que toman como base fotografías encontradas, y que mediante sutiles intervenciones sobre textos e imágenes, a través de diversos formatos y técnicas de impresión, van generando nuevas lecturas.
De entre más de la veintena de obras que componen la muestra, se podría trazar un hilo conductor en un recorrido por la memoria, el tiempo y el espacio, desde Cómo vivir (una edición abierta iniciada en 2014) hasta la más reciente Una página, pasando por La flâneuse, que condensa buena parte de las inquietudes de la artista, al igual que el libro de artista de diapositivas titulado 210 o la serie Todavía siempre, que da nombre a la exposición.
Cómo vivir, 2014, edición abierta [imagen pág. 2]
Edición de 2014: impresión tipográfica sobre papel de 300 gr.
Edición de 2022: termoimpresión sobre papel de 300gr 15 x 10,5 cm (formato postal)
En Breve ensayo sobre la carta (Temporal, 2021) escribí: “En la misma época comencé un proyecto a partir de unos versos de Wisława Szymborska, que compuse con tipos móviles e imprimí sobre cartulinas del tamaño de una postal. Fui enviando esas postales ad hoc a amistades, familiares y demás mundo afín. Puesto que entonces, como tantas otras veces, vivía fuera, la cuestión sobre la cercanía y la distancia, sobre el contacto, en definitiva, renovaba cada día su vigencia.
Aquellas personas a quienes yo deseaba preguntar, de quienes yo deseaba saber cómo vivir, estaban lejos. Si hubieran estado cerca, no les habría preguntado; ante una pregunta de respuesta imposible –o posible solo al quedar siempre postergada– la intensidad de su contenido es directamente proporcional a la discreción de su forma. No obstante, la ocasión permitió su planteamiento como un intento doble por romper esa distancia y mantenerla: mi solicitud de recibir la respuesta también por carta, y en la dirección escrita en el remite, implicaba que debíamos permanecer distantes”.
Una página, 2024
Libro de artista. impresión flexográfica en papel Colorplan 350 gr (exterior) y Munken Pure Rough 300 gr (interior). Edición de 150 ejemplares numerados
Tal y como revela el colofón de Una página: “Una noche soñé que tenía en las manos un libro que mi padre me había dedicado. Al abrirlo, leí este texto al final de la primera página, escrito con su letra en tres líneas y en inglés –un idioma que él no conoce. Días después, tras contarle mi sueño, le pedí que escribiera en una hoja en blanco aquella frase que yo había soñado”.
La flâneuse, 2021
Libro de artista: 200 fotocopias en b/n, caja encuadernada a mano por la artista y termoimpresión
Durante un año, una fotografía de la década de 1920 –retrato callejero de una mujer paseante desconocida– me acompaña en todo momento. En mis recorridos por la ciudad, cada vez que paso por una copistería realizo fotocopias de dicha fotografía por anverso y reverso, como si se tratara de un documento de identidad. Mujer que pasea con un retrato de una mujer que pasea, etcétera. La flâneuse es una puesta en práctica del paseo, la compañía y el deseo de identificación, formalizada en un libro de artista de doscientas páginas realizado a lo largo de todo un año, entre los veranos de 2020 y 2021: doscientas fotocopias (todas distintas) realizadas en doscientas copisterías (nunca la misma) encontradas al azar.
El archivo como un corpus de toda esa circulación. Con la reiteración de la fotocopia hasta el agotamiento, y la acumulación de copias que acompaña el recorrido por la ciudad, esta obra es el registro de una extrapolación, la de la propia escena de la fotografía. Una mujer que camina por la ciudad es, por partida triple, la mujer de la fotografía; también la artista, que recorre el espacio urbano en una suerte de soñada identificación flâneuse; y, por último, la obra, continuidad del paseo a través del desplazamiento de la fotografía reproducida página a página, nunca en el mismo sitio sobre el espacio en blanco del papel.
Con motivo de la exposición Todavía siempre en el museo, una instalación en versión facsímil de las doscientas páginas de La flâneuse se ha desplegado a lo largo de la galería, trasladando así la experiencia del paseo al propio recorrido por el espacio de la sala.
210, 2021
Libro de artista: 24 diapositivas en color, visor a contraluz y caja de conservación. 24,5 x 20 x 10 cm
Abrir una caja como quien abre una puerta: con el título en la portada, réplica en tamaño, color y tipografía del cartel original de la entrada al estudio. Veinticuatro diapositivas realizadas a partir de fotografía analógica, que son una selección de imágenes del interior del estudio 210 y de sus vistas, a lo largo de la estancia en residencia anual en la Casa de Velázquez entre 2020 y 2021. Junto a un visor a contraluz en una caja de conservación, esta obra es, por un lado, un ejercicio de registro y, por otro, de conservación en sí mismo, tanto en materia como en forma. La diapositiva, como el soporte material más estable para la imagen, se manifiesta ante la mirada cuando la luz atraviesa el visor. Así, sin visión periférica, con un ojo cerrado y otro en el visor, la mirada se ve inmersa con todo el cuerpo en un espacio y un tiempo que reaparecen.
Junto al libro de artista mostrado en vitrina, en esta exposición se proyectan en bucle, y por primera vez, las veinticuatro diapositivas que componen 210, permitiendo el visionado completo de las imágenes de esta obra.
Todavía siempre, 2021
Fotografías, carta, nota y telegramas encontrados. Serie de 7 dípticos. 32 x 44 cm c.u.
Todavía siempre establece entre dos tipos de expresión (imagen y palabra) un diálogo entrecruzado sobre la ausencia y la desaparición por medio del montaje, en un políptico de 7 piezas. Tomando inspiración en el escenario acuático de la laguna Estigia, se despliegan fotografías de cuerpos de agua, islotes u orillas alejadas, inaccesibles. También aparecen cuerpos que flotan haciendo el muerto, atardeceres y, acompañándolos, textos que revelan una pérdida o una despedida.
Fotografías y textos se comunican por montaje, a través de saltos: cada díptico es una propuesta, pero también el espacio que ocupan dentro de su marco los relaciona con aquellos otros textos o fotos que se encuentran en el mismo sitio pero en otro díptico. De esta manera, todo el políptico está intercomunicado al permitir que la mirada salte de una parte a otra, sin punto final. En su trasfondo, la dificultad de nombrar la pérdida y la sospecha de que, acaso, solo pueda ser hasta cierto punto sugerida por defecto, a través de lo que queda en su lugar.